La situación que altero los mercados y modificó el modo de pensar de las personas en un tiempo indefinido.
Las cuatro semanas precedentes a la actual fueron de una destrucción financiera pocas veces vista y que ni siquiera es comparable con lo que fueron las dos crisis más importantes que anteceden a la del COVID-19: el crack de 1929 y la crisis sub prime de 2008. ¿Y por qué decimos eso? Bueno, porque desde el 24 de febrero hasta el 20 de marzo, el índice Dow Jones (el que nuclea a las 30 empresas industriales principales de los Estados Unidos) cayó un 34%.
“Las personas se encuentran abasteciendo activamente sus hogares con suministros de emergencia, a medida que crecen las preocupaciones por el virus”, dicta la investigación. De igual forma, asegura que sus comportamientos de compra corresponden a un impulso global de incrementar los protocolos de higiene y aseo.
Entre el mayor incremento en ventas se encuentran los productos de aseo, tapabocas, blanqueadores, antigripales, las pastas, las lentejas, pañuelos húmedos y servicios como Netflix. Un ejemplo es la representación del fabricante de mascarillas Tianjin Teda, por ejemplo, ha crecido como la espuma en las últimas semanas y desde el 17 de enero su valor en bolsa se disparó en casi un 40 por ciento: sus acciones se cotizaban a 3,64 hace apenas 14 días y ahora cuestan más de cinco.
Pero si queremos buscar verdaderas víctimas de la crisis originada por la pandemia del COVID-19, tenemos que ver a las empresas relacionadas con el turismo, como el caso de las compañías aéreas, cadenas hoteleras y empresas de cruceros los licores, quienes fueron las más afectadas a causa del aislamiento preventivo en todo el mundo.
Por otro lado, quienes presentaron bajas en sus ventas son las chocolatinas con un 42% de reducción de ventas. Le siguen los bolígrafos desechables, los licores RTD, el Ron, el Aguardiente, los betunes y las bebidas de té para preparar. Por debajo del 10% de disminución de compra se encuentran las cervezas, las mermeladas y los desodorantes.
Como vemos, la actual crisis está en una etapa en la que todavía no parece haber encontrado el límite, pero que esperamos todos que tarde o temprano se termine recuperando. Frente a este nuevo escenario, las marcas y las grandes plataformas de compras, deben adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores.
Por: Nicolás Campos
Fuente: https://bit.ly/39Q0wbN